Aunque suelen ir de la mano, no son exactamente lo mismo.
La licencia de actividad certifica que el local cumple con todos los requisitos técnicos y legales para ejercer una actividad concreta (como puede ser un bar, una oficina o una peluquería).
La licencia de apertura, por su parte, es el permiso final del ayuntamiento que autoriza oficialmente la puesta en marcha del negocio.

En la práctica, ambas suelen tramitarse juntas. Nosotros nos encargamos de todo el proceso de forma integral, sin que tengas que preocuparte de distinguir trámites.

Sí. Si vas a abrir un local comercial, industrial o profesional necesitas una licencia, incluso si ya había una actividad previa.
No tenerla puede suponer multas, paralización de la actividad o el cierre del local.

Con nuestro equipo te aseguras de que tu apertura sea 100% legal, sin riesgos ni sorpresas. Revisamos cada caso y tramitamos todo por ti.

Depende del tipo de actividad, de si requiere proyecto técnico o no, y del ayuntamiento en cuestión.
En general, las actividades inocuas (sin riesgo ambiental ni molestias) son más rápidas que las calificadas (como hostelería, talleres o clínicas).

Nosotros ajustamos los plazos reales desde el principio y te mantenemos informado en todo momento. Además, anticipamos pasos para no perder tiempo.

El precio varía en función de la actividad, del tipo de local y de los requisitos técnicos que tenga.
A esto se le suman posibles tasas municipales, visados y, en algunos casos, informes de bomberos o técnicos especializados.

Nuestro presupuesto es cerrado y claro. Te explicamos exactamente qué incluye, sin letra pequeña ni sorpresas a mitad del camino.